Flora Vascular de Andalucía Occidental: Hierbas perennes,con rizoma corto y engrosado. Hojas pinnadas o liradas, largamente pecioladas, estipuladas. Flores pentámeras, solitarias o en cimas paucifloras bracteadas, con epicáliz. Receptáculo plano, a veces con carpóforo. Estambres numerosos. Carpelos numerosos; estilo terminal largo, con parte basal persistente y uncinada, Fruto poliaquenio. Aquenios con pelos largos erecto-patentes.
Flora Iberica: Plantas perennes, más bien herbáceas –aunque de base ± leñosa, la cepa en particular–, ± indumentadas. Tallos fértiles anuales, axilares, ± ramificados o simples. Hojas de la roseta basal no estipuladas visiblemente, pinnatisectas, con frecuencia ± liradas; las caulinares, menores, parecidas o no a las basales, incluso indivisas y minúsculas, pero con estípulas en general bien visibles. Inflorescencias cimosas, más bien laxas –a veces, por reducción, flores solitarias–. Flores, salvo excepciones, hermafroditas. Receptáculo de pateniforme a campanulado, con la zona axial ± convexa, ± acrescente. Sépalos 5(6-8); calículo con 5(6-8) piezas, pequeñitas, que alternan con los sépalos. Pétalos 5(6-8), unguiculados o no, amarillos, blanquecinos o ± rojizos –francamente rojos en alguna especie cultivada–. Estambres más de 20, insertos en un disco nectarífero. Carpelos 12-100 o más, libres entre sí, insertos en la zona axial del receptáculo; estilo terminal, de ordinario geniculado y compuesto por 2 artejos –el superior caduco–, acrescente y, al menos en parte, persistente como “pico” (rostrum) que remata el aquenio. Fruto en poliaquenio; aquenios dispuestos sobre la zona axial –alargada, seca y persistente– del receptáculo, la que puede al fin desarrollar un carpóforo.