Es uno de los dos tipos diferentes de infección transmitida, por lo habitual, a los seres humanos por la mordedura de una rata o un ratón, aunque también puede contraerse por contacto con excreciones bucales o nasales o con la orina de estos animales. Se caracteriza por fiebre, cefaleas, malestar, náuseas, vómitos y exantema; en EE.UU., la enfermedad es provocada con mayor frecuencia por Streptobacillus moniliformis. Sus únicas manifestaciones son exantema en las palmas de las manos y plantas de los pies, artralgias, rápida cicatrización de las heridas y duración de 2 semanas. Si la patología no se trata pueden presentarse graves complicaciones, como infección de las válvulas cardíacas. La penicilina por vía intramuscular es eficaz en el tratamiento de cualquiera de las formas de la enfermedad.