La neumonía bacteriana aguda producida por la infección por Legionella pneumophila, es caracterizada por un cuadro seudogripal, seguido a la semana siguiente de fiebre alta, escalofríos, dolores musculares y cefalea; los síntomas pueden evolucionar a tos seca, pleuritis y a veces diarrea. Por lo normal la enfermedad es autolimitada, aunque en algunas epidemias localizadas la mortalidad ha llegado al 15-20%. Los compresores contaminados de aire acondicionado y suministradores de agua caliente estancados, incluyendo vaporizadores, duchas, agua a presión, balnearios y la humedad del suelo pueden ser fuentes de los microorganismos: no se ha producido el contagio de persona a persona. El riesgo de infección aumenta por la presencia de otras afecciones, como enfermedades cardiopulmonares.