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arte coreano

El arte coreano es célebre por la elaboración de cerámica y porcelana: los trabajos artísticos más antiguos son terracotas datadas en torno al 3000 a.C. La elaboración del bronce, introducida por los mongoles hacia el 1000 a.C., fue rápidamente asimilada: de las excavaciones se han obtenido numerosos objetos en bronce y hierro, como campanas rituales, pequeñas armas y espejos, todo ello del primer milenio antes de Cristo.

La historia del arte coreano está mejor documentada después del siglo II a.C., cuando en el sur del país surgieron los primeros reinos locales. El reino Paikche, todavía sin recursos minerales, se distinguió por la producción de vasos funerarios vidriados y tejas de complejas decoraciones; los reinos de Koguryo y Silla, además de especializarse en cerámica de color gris, crearon espléndidos objetos en metal, como las coronas funerarias del rey de Silla, decoradas con paja dorada y jade. La introducción del budismo en el siglo VI d.C. dio un nuevo impulso a la expresión artística: las estatuas de Buda en bronce dorado fueron típicas de la producción de Koguryo y Silla. El templo más antiguo es el de Pulgak-sa, construido en torno al 535 d.C.

– La unificación del país bajo la dinastía Silla favoreció el desarrollo de las artes, iniciándose una nueva técnica para la cocción de la porcelana. La influencia del budismo fue determinante: a las estatuas de bronce se añadieron las de oro y piedra, y continuó la construcción de templos, como el de Sokkuram (en torno al 750), enteramente excavado en granito y perfectamente conservado. El observatorio astronómico más antiguo de toda Asia oriental, el Punae-myon, fue construido en Corea en el siglo VII, lo cual prueba al alto nivel científico de este pueblo.

– Bajo la dinastía Koryo el arte de la cerámica alcanzó su culmen con la producción de celadón de un inconfundible color gris verdoso, obtenido al extender una veladura verde transparente sobre la base gris; las vajillas eran decoradas con motivos pintados o en bajorrelieve, y cubiertos de arcilla blanca o negra en la primera cocción. Dentro de la tradición budista, en el estilo Koryo se produjeron numerosas estatuas en oro y bronce dorado para embellecer los templos, con ornamentaciones cada vez más sofisticadas; los nuevos y complejos rituales necesitaban nuevos utensilios. Además, la pintura religiosa comenzó a ocupar un puesto de relieve.

– El proceso de reorganización interna llevado a cabo en Corea en el siglo XIV preparó el terreno a las realizaciones artísticas de la dinastía Li. Los ceramistas elaboraron robustas vajillas punch’ong, de origen popular, además de delicadas porcelanas en blanco y azul de origen chino. A partir del siglo XV fue constituida una academia de pintura profesional, aunque las obras más célebres fueron realizadas por ‘aficionados’. En los inicios del periodo Li el estilo pictórico más destacado fue el inspirado en la tradición paisajística china de la época Ming, de la que se distingue por el uso de un cromatismo más vivaz y por una sutil ironía. La pintura del final del periodo Li acogió el academicismo del arte chino, pero también, el experimentalismo zen y los nuevos estilos de caligrafía. El arte contemporáneo coreano está aún hoy dominado por la cerámica, retomando los estilos Koryo y Li, mientras la pintura sigue la tradición estilística de los últimos dos siglos.