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arte chino

El conjunto de manifestaciones artísticas que se desarrollaron en China comprende desde la edad de piedra y abarca un periodo durante el cual tuvieron lugar los principales acontecimientos de la civilización más antigua del mundo; el principio fundamental de todos los aspectos de la cultura china es el equilibrio armónico y, así, su arte es una sutil mezcla de tradiciones e innovaciones, de ideas autóctonas y foráneas, y de imágenes profanas y religiosas.

– Desarrollo Histórico; Los emperadores chinos fueron los primeros y los más asiduos mecenas artísticos. Muchos artistas y arquitectos eran empleados públicos que trabajaban por encargo real. En contraste, los artistas aficionados, que en muchos casos eran funcionarios retirados o exiliados, podían trabajar sin las limitaciones que imponía la corte y su obra refleja un fuerte individualismo, alejado de los estilos imperiales. La subida al trono o el derrocamiento de las diferentes casas reales afectó profundamente al desarrollo del arte en China aunque, si bien las nuevas dinastías manifestaban inclinaciones diferentes, todas ellas compartían el mismo interés por mantener la tradición. Los gobernantes, sobre todo los que establecían una nueva dinastía, ansiaban afianzarse ante los ojos de sus súbditos y la manera normal de conseguir su apoyo era continuar con las realizaciones artísticas de las dinastías anteriores. La corte frenaba también las nuevas corrientes procedentes de India o de Oriente Próximo, y cualquier idea innovadora en materia de arte, religión o filosofía era incorporada con cuidado a la trama ya existente de la vida china.
El arte de los primeros periodos dinásticos (las dinastías Shang, Zhou, Ch’in y Han, c. 1766 a.C.-220 d.C.), que se desarrollaron en la edad del bronce, se centraba en el culto a los muertos. Los gobernantes y sus funcionarios, preocupados por asegurarse la inmortalidad y el paso a la otra vida, construyeron y decoraron lujosas tumbas subterráneas, muchas de las cuales permanecen intactas. Al lado del ataúd se colocaban vasijas de bronce de formas complicadas, armas, jades tallados y objetos de cerámica destinados a proporcionar al difunto comodidad y protección en el otro mundo. Las paredes de la cámara mortuoria se decoraban con escenas ornamentales, talladas o pintadas, que representaban leyendas populares o actividades de la vida cotidiana. Las excavaciones, que se han multiplicado desde 1950, han sacado a la luz gran cantidad de antigüedades.
En los años que siguieron a la caída de la dinastía Han en el año 220, la llegada de extranjeros y la inestabilidad política afectaron a la idiosincrasia del arte chino. El budismo, introducido en el siglo I, trajo de la India nuevos estilos de arquitectura, escultura y pintura. Además, con la doctrina budista, que introduce el concepto de la reencarnación, decayó la costumbre de los entierros opulentos. En el siglo VII, bajo la dinastía Tang (618-907), los temas artísticos se habían vuelto más cosmopolitas y mundanos. La arquitectura seglar conoció un esplendor sin precedentes, floreció la pintura de paisajes y de retratos, y los avances tecnológicos en el campo de la cerámica llevaron al desarrollo de la porcelana fina.
Durante la dinastía Tang tuvo lugar un florecimiento de las artes que se extendió a las dinastías siguientes. La pintura de paisajes se convirtió en un importante medio de expresión tanto artístico como filosófico, sobre todo entre los wen-jen (hombres extremadamente cultos, diestros en la escritura, la música, la pintura y la poesía). Los pintores de la corte incrementaron las colecciones reales con pinturas de pájaros, flores, animales y niños, temas favoritos en el arte chino. La caligrafía, arte de la escritura bella, adquirió un relevante lugar. Además de las artes pictóricas, la cerámica y la porcelana alcanzaron nuevas cotas de esplendor tecnológico y estético, siendo una de las artes orientales más desarrolladas y duraderas. Los miembros de la realeza y las clases adineradas decoraban su casa con gran variedad de objetos, como lacas, tapices, tallas de marfil, tallas de jade y objetos de metal. A partir de la dinastía Song (960-1279), también la arquitectura alcanzó un mayor grado de sofisticación. Todavía se conservan en Pekín muchas de las estructuras construidas durante los periodos Ming (1368-1644) y Qing (Manchú, 1644-1911).
A lo largo de la historia de China, los artistas han recibido una esmerada preparación en su especialidad y, a excepción de los aficionados, solían pertenecer a grandes talleres bien organizados. El conocimiento de los materiales y de las técnicas era transmitido de generación en generación dentro de las familias de artistas. Si bien utilizaban instrumentos relativamente sencillos, como pinceles de bambú o batidores de madera, la construcción de sus telares, hornos y fundiciones revela que sus procesos de producción eran complejos. El torno de alfarero, desarrollado en el periodo neolítico, y las notables obras de fundición de bronce realizadas durante la dinastía Shang son el testimonio del gran nivel técnico de estos artistas primitivos.

– Dinastía Shang; La civilización Shang (1766-1122 a.C.) nació directamente de la revolución neolítica (4000-2000 a.C.), una época de gran importancia en la antigua historia de China. En este periodo, con el comienzo de la agricultura y de la domesticación de animales, aparecieron los primeros asentamientos. Este nuevo sistema de vida dio origen a los ritos funerarios más antiguos que se conocen. Los objetos de uso cotidiano eran enterrados con el difunto, y gracias a ello han llegado hasta nosotros en buen estado de conservación. Las tumbas neolíticas han desvelado una gran variedad de cerámica, sobre todo vasijas pintadas que eran probablemente urnas funerarias y copas de arcilla negra pulida, realizadas al torno, utilizadas en algún ritual. También se han encontrado herramientas de jade y de piedra, y es probable que los chinos del periodo neolítico tuvieran conocimientos de metalurgia.
Los habitantes de un pueblo neolítico de la provincia de Henan, situada al este de China, constituyeron un clan que dio origen a la civilización Shang. Su gobierno dinástico se divide en dos periodos, anterior y posterior al establecimiento de la capital real en Anyang en el 1384 a.C. aproximadamente. Numerosas ciudades Shang fueron fundadas en el periodo pre-Anyang, pero casi todos los objetos de la época, incluyendo las vasijas de cerámica, jade y bronce, han sido descubiertos en las tumbas, lo que prueba la existencia de rituales que requerían recipientes especiales para comida y vino. Para atender a la demanda de vasijas, cada vez más decoradas, destinadas a estas ceremonias, las técnicas de la metalurgia avanzaron con rapidez
El periodo de Anyang marcó los últimos dos siglos y medio del mandato Shang. Las excavaciones realizadas en la zona donde estuvo la antigua capital han ayudado a conocer mejor su arte y su cultura. Se han encontrado inscripciones en huesos de animales (llamados huesos de oráculo) y en vasijas de bronce que revelan que los gobernantes sentían gran preocupación por asegurar su inmortalidad. Practicaban un complejo sistema de veneración a los antepasados que incluía la ofrenda de comida y bebida en los templos. Las vasijas constituían una parte fundamental de la ceremonia y sugieren que los Shang tenían diferentes imágenes de culto. Algunas de estas vasijas rituales de bronce estaban decoradas en toda su superficie con monstruos y pájaros y, en algunos casos, con figuras humanas.
Los reyes Shang construyeron complicadas tumbas. Creían que era posible llevarse al otro mundo sus posesiones materiales, por lo que se enterraba a los miembros de la casa real con sus riquezas personales. En 1975 los arqueólogos chinos que trabajaban en la zona de Anyang descubrieron la tumba de la esposa favorita de un rey Shang, donde encontraron más de 400 vasijas de bronce y armas, además de 600 piezas de jade y piedra bellamente talladas con formas de animales y pájaros. La gran calidad artística de estos objetos es una prueba más del desarrollo del arte chino de la primera dinastía.

– Dinastía Zhou; Los reyes Shang no pudieron controlar el creciente poder de una tribu vecina, los Zhou (c. 1122-221 a.C.), establecida en su frontera occidental. Hacia el año 1027 a.C. los Zhou conquistaron Anyang y se establecieron en la ciudad. Al principio se conservó buena parte de la cultura Shang; de hecho, los bronces y jades del periodo Xi’an, llamado también periodo Zhou occidental (hasta el 770 a.C.), son muy parecidos a los de la dinastía anterior. Con la progresiva desaparición del culto a los antepasados, las vasijas antes destinadas a los templos, pasaron a ser preciados trofeos que el monarca entregaba a sus súbditos más destacados para premiar sus victorias o concederles tierras. Estas vasijas de bronce solían llevar largas inscripciones explicando la gesta que conmemoraban y constituyen hoy valiosos documentos sobre esa época de la historia china.
Ante los ataques de otras tribus, en el año 771 a.C., la dinastía Zhou se vio obligada a abandonar su capital, Xi’an, para instalarse en Luoyang, otra ciudad de la provincia de Henan, lo que marcó el comienzo del periodo Zhou oriental en cuyo arte se refleja la ruptura geográfica con el pasado Shang. Los bronces adquirieron un carácter más profano y se utilizaban como regalo de boda para decorar el hogar de los recién casados. Las representaciones de animales y monstruos totémicos dejaron paso a ornamentos abstractos, llenos de colorido, con incrustaciones de oro o piedras semipreciosas. Durante este periodo se hicieron muy populares las campanas y los espejos de bronce.
El arte del periodo Zhou oriental posterior muestra la diversidad y la calidad técnica características de toda la historia del arte de China. En las tumbas de la dinastía Zhou oriental se han descubierto pinturas sobre seda que constituyen las muestras más antiguas de esta técnica, así como esculturas en madera, obras de laca y cerámica vidriada que hablan de nuevos desarrollos técnicos y estilos artísticos.

– Dinastía Ch’in, Han y las seis Dinastías; La dinastía Ch’in tuvo un importante papel en la historia de China, a pesar de su brevedad (221-206 a.C.). El debilitamiento político del imperio Zhou oriental terminó con la consolidación del poder del emperador Qin Shi Huangdi, del que procede el nombre de China. A su muerte, este poderoso gobernante fue enterrado en la provincia noroccidental de Shanxi, en un túmulo funerario macizo, descubierto en 1974. En esta tumba real han aparecido más de 6.000 figuras de terracota (entre hombres y caballos) destinadas a proteger la cripta. Representan uno de los regimientos del emperador, compuesto por oficiales perfectamente equipados, aurigas y arqueros, así como jóvenes soldados de a pie. Este ejército de terracota estaba pintado con una amplia gama de brillantes colores que el paso del tiempo se ha encargado de apagar. Aunque ya hacía tiempo que se habían abandonado los sacrificios humanos, propios de los enterramientos Shang, el deseo de protección durante el viaje al más allá seguía siendo un importante elemento en las prácticas funerarias. El segundo gobernante Ch’in no fue capaz de conservar el poder de su padre, y el control pasó a manos de la dinastía Han en el año 206 a.C. Los Han gobernaron China durante más de 400 años (desde el 206 a.C. hasta el 220 d.C.), periodo de gran importancia para la historia del arte chino.

1. Pintura; Este arte, que tuvo sus primeras manifestaciones a finales de la dinastía Zhou, floreció durante el periodo Han. Las tumbas seguían siendo el objetivo primordial de artistas y arquitectos y los temas pictóricos más frecuentes eran episodios de la vida en el más allá y leyendas de antiguos héroes. Estas pinturas revelan una evidente intención (no encontrada hasta entonces en el arte chino) de representar el espacio y la distancia. También durante este periodo aparecieron los primeros e incipientes elementos de representación del paisaje, aunque se limitan a algún arbolito o montaña. Los textos históricos de la época indican que los palacios estaban decorados con grandes retratos de los emperadores y con murales. Desgraciadamente ninguna de estas obras ha llegado hasta nosotros.

2. Tumbas y objetos Funerarios; Las pinturas que decoraban las tumbas han desaparecido también y sólo se conserva la parte arquitectónica de éstas. La literatura Han describe magníficos palacios imperiales destruidos hace mucho tiempo. La elaborada construcción de las tumbas habla de la sofisticada tecnología que existía en materia de arquitectura: las bóvedas y las columnas vinieron a sustituir a las estructuras de madera y de tierra prensada de las anteriores dinastías. Dentro de las tumbas Han había gran profusión de objetos en miniatura, que generalmente reproducían las posesiones, animales o edificios del difunto. Se llamaban ming-qi (bienes espirituales) y solían estar realizados en cerámica vidriada o pintada con vivos colores. También había miniaturas de la casa, del corral, de los animales domésticos y criados favoritos, y un surtido de objetos de uso cotidiano.
Aunque la popularidad de los ming-qi hizo descender la calidad de los objetos de las tumbas Han, se han encontrado algunos ejemplos de enorme valor que pueden rivalizar con los enterramientos Shang. Las cámaras mortuorias subterráneas del príncipe Liu Sheng y de su esposa Tou Wan (muertos hacia el 120 a.C.), descubiertas en 1968 en la provincia de Hebei, contenían un gran despliegue de artículos de laca, sedas, cerámica y vasijas de bronce, algunos dorados y otros con incrustaciones de oro. Los dos cuerpos estaban envueltos en vestidos de jade, realizados con trocitos rectangulares de esta piedra unidos con hilos de oro. Cada traje lleva más de 2.000 piezas de jade que, en China, simboliza la vida eterna. Según los arqueólogos se tardó más de diez años en confeccionar cada traje.

– Arte budista; El budismo, llegado a China desde la vecina India, tuvo un profundo efecto sobre el arte del periodo de las Seis Dinastías. Los primeros ejemplos de arte budista que se vieron en China fueron las estatuillas traídas por los budistas indios. En el siglo IV la afluencia de estilos y temas produjo una nueva clase de arte y arquitectura budistas dentro de la tradición china. En la zona occidental todavía se pueden contemplar, en el monasterio de Dun-huang, importantes pinturas murales basadas en historias sagradas. Aumentó la popularidad de la escultura monumental procedente del norte de la India, y se crearon tallas en piedra maciza que representan a las deidades budistas en las montañas de las provincias de Henan y Shaanxi. Una de las contribuciones más notables a la arquitectura del periodo fue la pagoda de madera, basada en la stupa india y en la torre de la dinastía Han. Hacia el siglo VI prácticamente todas las facetas de la vida cultural china estaban inspiradas en el budismo.

1. Pintura; Aunque el arte budista dominaba casi todas las obras de las Seis Dinastías, también estaba operándose un cambio en las tradiciones profanas. A ese periodo pertenece Ku K’ai-che, considerado el padre de la pintura paisajística. Se le atribuyen tres cuadros, conocidos únicamente a través de probables copias: dos versiones del Cuento del río Lo (que se conservan en la Freer Gallery of Art, en la ciudad de Washington, y en el Palacio Museo de Pekín) y el rollo titulado Consejos de la monitora a las damas de la corte (Museo Británico, Londres). Sus figuras y elementos del paisaje presentan una ejecución formal, casi rígida, pero denotan, al mismo tiempo, una delicadeza y un carácter etéreo que han perdurado a través de la larga tradición artística china.

2. Cerámica; El norte de China, centro principal de la influencia budista, suele ser el punto de mira de las investigaciones sobre el arte y la cultura de las Seis Dinastías. Sin embargo, también en el sur se produjeron avances, especialmente en el terreno de la cerámica. Las primeras piezas que se conocen son de gres vidriado en verde, llamado Yüeh-yao, y se fabricaban en los hornos de la provincia de Zhejiang. Esta cerámica era muy duradera y se utilizaba sobre todo para la fabricación de cuencos y jarras que se llegaron a exportar a lugares tan lejanos como Filipinas y Egipto.

– Dinastía Tang; La dinastía Tang (618-907) propició un gran desarrollo artístico, por lo que este periodo se conoce como la edad de oro de China. El país había sido consolidado, en primer lugar, durante el breve mandato de la dinastía Sui (581-617) y, ya de forma más segura, por el joven monarca Taizong en el año 618. La estabilidad del gobierno y la prosperidad económica consecuente, propiciaron un florecimiento de todas las manifestaciones artísticas: pintura, cerámica, metalistería, música y poesía. Los budistas padecieron periodos de persecución durante la era Tang, pero en el arte chino perduró la influencia de su religión. De aquel periodo se conservan en la actualidad las pagodas de piedra y las pinturas del monasterio de Dun-huang. En las provincias del norte se siguió practicando la escultura monumental en piedra, que revelaba una creciente tendencia hacia las figuras corpulentas, llenas de sensualidad. Este interés por el volumen es la principal característica de la escultura Tang, tanto religiosa como profana, que se aprecia en la piedra y en la cerámica. Son muy pocas las imágenes budistas de metal que se conservan de aquellos siglos, porque durante los periodos de actividad antibudista se fundían para acuñar monedas.

1. Pintura; A pesar de que la pintura budista mantuvo su importancia durante este periodo, la tradición paisajística pasó a un primer plano. Se conoce el nombre de tres pintores, aunque de su obra sólo quedan algunas copias. Wang Wei, un solitario terrateniente, creador del paisaje monocromo, prefería los paisajes nevados. Sus obras sirvieron de modelo para otros pintores, y la intimidad y tranquila melancolía plasmadas en ellas fueron muy apreciadas por los artistas posteriores. Contrastando con su estilo está el de Li Se-hiun y su hijo Li Chao-tao (activos hacia 651-730). Una copia realizada en el periodo Song de la obra de este último Viajeros en la montaña (Museo del Palacio Nacional de Taipei, Taiwan) deja constancia del exilio de un monarca Tang. Como muchos paisajes de este periodo, está realizado en tonos verdes y azules brillantes, y presenta un impresionante panorama con formaciones rocosas y frondosos árboles que le confieren un carácter monumental. Este estilo estaba muy alejado de las composiciones más sencillas de pintores como Wang Wei. En el periodo Tang se perfeccionó la pintura de retratos iniciada en la era Han. Los emperadores encargaban retratos de sí mismos y de sus predecesores para las colecciones imperiales. En el Museo de Bellas Artes de Boston se conserva un ejemplo de esta costumbre. Se trata de una obra de Yen Li-pen, destacado artista Tang, en la que aparecen retratados 13 emperadores desde la dinastía Han hasta la Sui. También se acostumbraba a decorar las cámaras funerarias con retratos de los difuntos y de los miembros de su familia.

2. Artes Decorativas; La innovación es la característica principal del periodo Tang en lo relativo a las artes decorativas. La influencia de comerciantes y artesanos procedentes de Oriente Próximo estimuló la aparición de nuevos estilos en metalistería y cerámica. Los frascos de viaje y los platos de plata y oro, con gran variedad de formas, recuerdan las tradiciones de Asia central. Los vistosos cacharros de loza, sobre todo jarras y vasijas para beber, se parecían mucho a la orfebrería persa y estaban basados en modelos de metal. Es importante la cerámica de ese periodo pues gracias a una técnica desarrollada en el sur de China fue posible cocer una sustancia blanca, de grano fino, que hoy se conoce como porcelana. Esta cerámica procede de una combinación de caolín, cuarzo y feldespato molido que, una vez mezclada y moldeada al torno, se cuece en el horno a temperaturas altísimas que oscilan entre los 1.250 ºC y 1.300 ºC. Si bien hasta más tarde no se sacó partido de todas las posibilidades de la porcelana, sus orígenes en la dinastía Tang constituyen un importante hito en este campo.

– Dinastía Song; En los años que siguieron a la caída del gobierno Tang el territorio de China quedó reducido como consecuencia de las invasiones de los pueblos vecinos. Los emperadores Song (960-1279) no eran tan poderosos como sus predecesores Han o Tang. Se esforzaron por mantener una paz poco sólida con sus, casi siempre, hostiles vecinos, y las artes de la época denotan una introspección y un refinamiento que se cultivaron como respuesta a las ásperas realidades políticas. Los emperadores Song se caracterizaban por ser muy ilustrados y muchos de ellos eran, incluso, consumados artistas.

1. Pintura; Con frecuencia se alude a la pintura de este periodo, abundante en escuelas y estilos, como la mayor realización del arte Song. Se fundó una academia real de pintura y la propia corte patrocinó a numerosos artistas. La familia real prefería los temas de pájaros y de flores, así como los retratos de los animales de compañía y de los niños. Muchas pinturas de este periodo, con estos temas, sirvieron de patrón para juzgar obras posteriores y son muchos los pintores chinos actuales que continúan trabajando en los estilos cortesanos de la pintura Song, tanto florales como de retratos, copiados una y otra vez a lo largo de los siglos. Sin embargo, la dinastía Song es más conocida por la pintura de paisajes. Durante el periodo Song del norte (960-1126), los pintores solían inclinarse por un estilo monumental, creando impresionantes panorámicas. Artistas como Li Ch’eng, maestro de los planos horizontales y lejanos (activo en el siglo X), y Fan K’uan, pionero en la técnica del sombreado y del punteado (activo a principios del siglo XI), destacaron en este estilo con sus imponentes dibujos de acantilados rocosos interrumpidos por alguna catarata o por un grupo de figuras pequeñas. La ejecución técnica es muy compleja, con pinceladas superpuestas que crean la ilusión de textura. Por aquella época apareció también la pintura de los letrados o wen-jen-hua. Éstos eran artistas independientes que discrepaban con los estilos impuestos por la academia y que creaban sus propios paisajes. Los que practicaban el wen-jen-hua, en el periodo Song del sur, preferían temas menos grandiosos que los pintores oficiales y con frecuencia elegían un sencillo árbol o una roca con un bambú.
En el siglo XII la familia real Song se vio obligada a huir hacia el sur, y se restableció en la ciudad de Hangzhou. Durante esta época, conocida como Song del sur (1127-1279), la academia de pintura imperial creó un estilo de paisaje conocido como escuela de Ma-Xia por el nombre de sus dos principales representantes, Ma Yuan y Xia Gui. La expansión alcanzada por el estilo Song del norte les llevó a crear paisajes menos elaborados, utilizando las veladuras para sugerir la masa terrestre y para conferir a la obra un aspecto ligero y etéreo. A Ma Yuan se le conocía como ‘Ma-el-de-una-esquina’ porque con su pintura sólo cubría una esquina del cuadro, dejando el resto en blanco. Esta técnica acentuaba la sensación de espacio abierto y sugería el infinito, cualidades muy apreciadas en el estilo Ma-Xia.
Contrastando con la serenidad de la obra de Ma Yuan y Xia Gui está la de los monjes Ch’an (Zen en japonés), rama de la fe budista que cree en la espontaneidad de la creación artística. Los pintores de la academia oficial rechazaban este estilo, de pincelada libre y muy suelta, calificándolo de obra de “borrachos locos”. La independencia de la escuela Ch’an se convirtió en un modelo fundamental para los artistas de los siglos posteriores que se mostraban desilusionados ante los estilos puramente académicos.

2. Cerámica; La cerámica de los periodos Song del norte y del sur es comparable con la pintura de paisajes en cuanto a variedad y realizaciones. Entre los productos más bellos, denominados clásicos, de los hornos del norte está la loza Ting, en la provincia de Hebei, una cerámica blanca con barniz trasparente de color marfil decorada con motivos delicadamente tallados o estampados, entre los que abundan los capullos de loto, en origen símbolo budista, pero muy frecuentes en el arte profano de la dinastía Song. La loza Ju, recubierta de un vidriado azul pálido ligeramente cuarteado, era muy popular en la corte y se utilizaba para cuencos y macetas. El celadón, un tipo de gres de gran calidad, era también un clásico en los hornos tanto septentrionales como meridionales. En el norte, donde el celadón tiende a ser de un color verde grisáceo, se utilizaba para la fabricación de jarrones o de pebeteros. Además de estas variedades, favoritas de la corte, había también un tipo de cerámica popular llamada Tz’u-chou, que se fabricaba en la provincia de Henan para uso local. Los alfareros de T’zu-chou utilizaban una amplia gama de técnicas decorativas, entre las que se contaba el vidriado, la pintura, el tallado y el esmaltado. Las formas eran muy variadas aunque abundaban los cabezales, los jarrones y los objetos en miniatura, que se utilizaban probablemente como juguetes.
El sur de China aportó su propia loza real, sobre todo la porcelana blanca descubierta en la zona de los Tang. Algunas piezas de cerámica fina se realizaban expresamente para uso imperial y tenían el carácter de kuan, es decir, oficial. Los objetos de celadón del sur poseían un sutil vidriado verde azulado que provocaba una sensación de serenidad en aquellos que los contemplaban. Los monjes budistas de la provincia de Fujian preferían tomar el té en brillantes cuencos negros vidriados de loza de Chien. Para decorar estos utensilios se colocaba antes de cocerlos en su interior una hoja o un motivo recortado en papel que una vez en el horno se desintegraba, dejando una marca oscura que se hacía más visible al llenarlos de té. Estos cuencos de cerámica de Chien eran muy apreciados por los monjes japoneses que estudiaban en los monasterios Zen de China; en Japón se conservan numerosas colecciones de este tipo de loza de la época Song.

3. Escultura; Las formas plenas características de la dinastía Tang continuaron en la escultura del periodo Song. Los éxitos más notables se alcanzaron en las figuras budistas, en las que con frecuencia la arcilla y la madera sustituían a la piedra. La arcilla, de gran plasticidad, permitía plasmar las formas del cuerpo con más suavidad y con ella se obtenían sorprendentes resultados de parecido con el natural.

4. Arquitectura; El refinamiento de la dinastía Song también se aprecia en lo que queda de la arquitectura del periodo. Las formas Tang se fueron alargando y afinando y dieron lugar a las agujas características del estilo Song. Los tejados curvos, típicos de la arquitectura china, alcanzaron su apogeo en el periodo Song. Se perfeccionaron las vigas transversales para aportar el apoyo necesario a los pesados tejados. En el interior, un sistema de delicadas bóvedas y ménsulas de madera daba amplitud y luz a los espacios. Las pagodas seguían siendo el edificio religioso por excelencia. Al principio se construían en mampostería y, sobre todo en el norte, se decoraban con complicadas celosías. Aunque los arquitectos Song preferían la altura a la anchura, hay ejemplos de que también se construyeron edificios anchos y bajos. Estas estructuras solían ir acompañadas de patios, balcones y grandes vestíbulos, características que se harían más frecuentes en los periodos Yuan y Ming.

– Dinastía Yuan; La invasión de los mongoles produjo alteraciones en la naturaleza del arte chino, sobre todo en la pintura y en la escultura. Aunque los gobernantes extranjeros tenían interés en perpetuar la cultura clásica china, la mayoría de los artistas no estaban a gusto en la corte y se retiraron. La pintura y la caligrafía fueron las artes más cultivadas por estos ex-funcionarios. Wen-jen-hua, el arte de los aristócratas letrados durante la dinastía Song, fue durante el periodo Yuan (1279-1368), y en lo sucesivo, la escuela artística más importante. Sus integrantes seguían siendo conocidos como los eruditos y tildaban a los pintores que se quedaron en la academia de conservadores e incluso de imitadores. Al principio del periodo Yuan, los artistas oficiales recibían encargos de obras basadas en estudios de pájaros y de flores de la época Song o en los paisajes de la escuela Ma-Xia. Todas las innovaciones procedían de fuentes externas a la tradición académica, que nunca volvió a alcanzar el nivel que tuvo durante la dinastía Song del sur.

1. Pintura; Al margen de la considerable diferencia de estilo, la pincelada de los pintores wen-jen era más acentuada y segura que la de los artistas Song del sur. Las rocas y los árboles, que en la escuela Ma-Xia se presentan borrosos, aparecen con fuerza en la obra de los pintores Yuan. Ya no se utiliza la bruma para sugerir la distancia y el infinito, y la amplitud deja paso a un interés más dramático por la forma. El grupo conocido como los Cuatro grandes maestros del Yuan —Huang Kong-wang, Ni Tsan, Wu Chen y Wang Mong— representa la diversidad característica de este periodo. El paisaje continuó a la cabeza de los temas representados y se introdujeron zonas de color y variaciones de ejecución que recordaban a los primeros paisajistas de la era Tang.

2. Caligrafía; Desde tiempos anteriores a la era Tang la caligrafía estaba considerada como una rama de la pintura. Se hizo muy popular durante la dinastía Yuan por su relación con las aspiraciones de los wen-jen. Junto con la poesía y la música constituía una parte importante de la formación intelectual de los caballeros; era frecuente regalar a los amigos una muestra de escritura para conmemorar una ocasión o para agradecer la hospitalidad. La caligrafía, como la pintura, da fe de las posibilidades, casi infinitas, del pincel. Los caracteres representados se ajustaban a una gran variedad de estilos, desde los grabados arcaicos sacados de las vasijas de bronce hasta las formas más libres que recordaban a los pintores Zen.

3. Porcelana; La corte de los mongoles hizo grandes progresos en las técnicas de fabricación de porcelana. A mediados del siglo XIV se fabricaron las primeras piezas fechadas de porcelana decorada bajo cubierta, como los grandes vasos que se conservan en la Fundación Percival David de Londres. Hacía tiempo que se conocía la tecnología para la fabricación de porcelana, pero la decoración en color planteaba serios problemas porque eran pocos los pigmentos capaces de resistir las altas temperaturas necesarias para cocer la base de arcilla blanca. En el periodo Yuan se descubrió que el mineral de cobalto adquiría un bonito color azul profundo al ser cocido a altas temperaturas. Este descubrimiento inició la famosa tradición de la cerámica en azul-y-blanco que durante siglos se vendería en los mercados chinos, en los países musulmanes y en Europa. El óxido de cobre resultó también utilizable como agente decorativo y se creó una clase de porcelana decorada bajo cubierta en tonos rojos.

4. Arquitectura; Los mongoles hicieron importantes aportaciones también en el campo de la arquitectura. Hoy se cree que las estructuras originales de la capital mongola, Pekín, eran mayores que las estructuras Ming que las sustituyeron. La estética mongol daba preponderancia a la masa, en claro contraste con las anteriores edificaciones Song. Las edificaciones Yuan solían contar con una serie de salones, construidos uno al lado del otro, con el fin de poder celebrar al mismo tiempo banquetes, audiencias reales y otros actos oficiales. El proyecto de gran ciudad imperial ideado por los arquitectos de la época Yuan para planificar Pekín siguió vigente durante las dinastías Ming y Qing con algunas modificaciones.

– Dinastía Ming; El gobierno mongol terminó con el establecimiento de una dinastía china llamada Ming (1368-1644). La corte fundó inmediatamente una academia real de pintura que atrajo principalmente a los pintores de pájaros y de flores y a los paisajistas de la escuela Ma-Xia. Sin embargo, seguían siendo los letrados los autores de las obras más significativas. Del grupo principal de wen-jen de la dinastía Ming, llamado escuela de Wu, salieron numerosos artistas importantes entre los que destacan Shen Cheu y Wen Cheng-ming. Ambos eran caballeros cultivados y practicaban la pintura y la caligrafía. La pincelada de Shen Cheu posee un trazo riguroso que proporciona claridad a sus obras, inspiradas con frecuencia en temas cotidianos, como un grupo mirando a la Luna desde una terraza (Museo de Bellas Artes, Boston). Wen Cheng-ming se decantaba por temas más simples, como un árbol o una roca, y su obra transmite la fuerza que da la soledad, quizá como reflejo de su desencanto ante la vida oficial.

1. Crítica y Estudio del Arte; El arte ha sido tema de estudio y de crítica desde el periodo Han, pero alcanzó su apogeo durante la dinastía Ming, de manos de Tong K’i-ch’ang, pintor, crítico, coleccionista y erudito. Sus escritos sobre la historia de la pintura china siguen siendo importantes, sobre todo el que trata de la identificación de las escuelas de pintura del norte y del sur. Mantenía que la escuela del sur —la de los letrados—, que preconizaba el individualismo y la vida contemplativa, podía remontarse a Wang Wei en la dinastía Tang. Por otro lado, la escuela del norte, que tiene su origen en la familia Li en los siglos VII y VIII, incluía a las generaciones posteriores de pintores oficiales. Entre el último grupo se encuentran los grandes monumentalistas Song del norte Li Ch’eng y Fan K’uan, así como los artistas de la escuela Ma-Xia. Según la teoría de Tong K’i-ch’ang, esta escuela se caracterizaba por su falta de innovación, su dependencia de los dictados de la corte y su imitación servil del pasado. Aunque los especialistas contemporáneos consideran que este argumento es simplista, Tong K’i-ch’ang fue, sin lugar a dudas, el primero que dejó clara la división entre el pintor de corte profesional y el wen-jen.

2. Cerámica; El periodo Ming es famoso por sus artes decorativas. La producción de cerámica aumentó de forma considerable y se produjo una gran expansión del mercado debido a la gran demanda de porcelana vidriada en azul-y-blanco y roja para la exportación. Hasta entonces no se había tenido gran éxito en la aplicación de vidriados plumbíferos coloreados. En la época Ming se introdujo una nueva técnica que permitía cocer primero la pieza de porcelana a altas temperaturas y, posteriormente, decorarla con una sustancia compuesta por vidrio de plomo de color verde, amarillo o rojo y meterla en el horno por segunda vez, esta vez a menor temperatura. Este procedimiento se conoce como esmaltado. Gracias a este invento se pudo decorar la cerámica con una infinita variedad de brillantes colores, lo que propició el desarrollo de nuevos estilos, muy populares en los mercados europeos. También se esmaltaba el cobre para producir vistosos objetos decorados con esmaltes alveolados (cloisonné).

3. Textiles; Los gobernantes de la dinastía Ming eran grandes aficionados a las antigüedades y preferían los temas que recordaban motivos antiguos. Para los tejidos elegían elaboradas decoraciones con figuras de origen Tang o Song. Aunque los avances técnicos trajeron sofisticadas innovaciones en el campo textil, como los tapices de seda, muchos funcionarios Ming adoptaron los estilos antiguos para vestirse. El atuendo corriente en la corte eran los vestidos con dragones mientras que el emperador se reservaba el derecho de llevar vestidos con motivos taoístas arcaicos.

4. Laca, Jade y Bronce; Muchos de los objetos antiguos que se conocen estaban realizados en laca tallada, una antigua modalidad artística que se remonta a la era Zhou y que alcanzó nuevas cotas de ornamentación en el periodo Ming. Las bandejas y otros accesorios domésticos estaban primorosamente decorados con dragones, figuras y motivos florales. La misma profusión se observa en el arte, igualmente antiguo, de la talla en jade, procedimiento utilizado para realizar preciosos objetos, como jarrones, figuras de deidades y réplicas de antiguas vasijas de bronce, que eran muy solicitados tanto en China como en el extranjero. En la fabricación de recipientes de bronce, que solían ser braseros o pebeteros, se imitaban de forma deliberada los estilos del pasado.

– Dinastía Qing; Los últimos años de la dinastía Ming estuvieron marcados por grandes luchas políticas internas. Esta situación era observada por la vecina Dongbei Pingyuan (Manchuria), que aprovechando las revueltas, se hizo con el poder en 1644 y se mantuvo hasta 1911. Deseosos de asimilar las tradiciones de las dinastías anteriores, los gobernantes Qing abrazaron todos los aspectos de la cultura china.

1. Pintura; La corte continuó patrocinando la academia real de pintura, pero la calidad de su producción no iba más allá de la buena imitación de los estilos Song. Como en siglos anteriores, las mejores pinturas procedían de los artistas letrados. Durante el reinado de la dinastía Qing surgieron dos escuelas bien diferenciadas de wen-jen-hua: los que basaban su obra en los maestros del periodo Yuan y los llamados individualistas, que practicaban una pintura más libre, menos restringida. En el primer grupo había destacados artistas como Wang Huei, quien, además de realizar un enorme número de obras al estilo de pintores como Huang Kong-wang y Tong K’i-ch’ang, desarrolló un estilo propio de compleja ejecución. Otros pintores, como Hong Jen, dominaban la forma de pintar de un solo artista Yuan (en este caso de Ni Tsan), copiando y trabajando exclusivamente en sus obras.
La otra escuela de wen-jen rechazaba el enfoque ortodoxo de los seguidores de los modelos Yuan. En lugar de ello, se esforzaban por cultivar un estilo personal de ejecución. El monje budista Chun Ta trabajaba sin trabas, a la manera de los pintores Zen del periodo Song del sur. Aunque muchas de sus figuras parecen distorsionadas, nunca llegan a ser abstractas, y sus pájaros y rocas, dibujados velozmente, conservan su forma orgánica. De forma parecida, la pintura de Tao Tsi, conocido también como She T’ao, trasluce un profundo conocimiento de la naturaleza, acentuando el dinamismo de las composiciones mediante zonas de aguadas azules o rosas. Publicó un tratado en el que defendía la independencia del artista frente al ciego servilismo a la obra de los antiguos maestros.

2. Cerámica; Las artes decorativas del periodo Qing denotan más técnica que belleza. El proceso de esmaltado se perfeccionó durante esta época, junto con innumerables nuevos tonos para la porcelana de vidriado monocromo. En los siglos XVII y XVIII se exportaban a Europa preciosas porcelanas. Cuando los hornos occidentales empezaron a producir porcelana azul y esmaltada, la calidad de la cerámica china empezó a decaer. Las piezas más interesantes salían de los pequeños talleres de provincias donde los alfareros, sin competir con los hornos imperiales, creaban delicadas piezas por encargos locales. La loza Yi-hsing de la provincia de Jiangxi, un tipo de gres rojo y pardo sin vidriar, era la preferida de los estudiosos de la región y ningún caballero dejaba de tener una pequeña tetera, un soporte para la pluma o un cuentagotas en su escritorio.

3. Otras Artes Decorativas; Los estilos ornamentales preferidos en la época Ming fueron seguidos por los artistas Qing en metalistería, laqueado y talla en jade. Eran únicos trabajando con minuciosidad el cristal soplado y, tanto en China como fuera, eran muy populares los frascos de rapé de vistosos colores. Los muebles de madera decorados con laca, que algunas veces era dorada, tenían gran aceptación en la corte imperial y entre los funcionarios ricos y los comerciantes.

4. Arquitectura; también en la arquitectura continuaron muchas de las tradiciones Ming. Los mongoles habían rechazado el delicado estilo Song e iniciaron una tendencia hacia las estructuras más bajas y macizas, que fue adoptada por los arquitectos Ming, quienes crearon muchos edificios rectangulares. Los templos Ming conservaban algunos detalles Song, como las figuras de madera tallada y policromada con vivos colores. A su vez, los emperadores Qing preferían interiores amplios, casi monótonos, desprovistos de detalles. Los palacios, muchos de los cuales aún existen en la ciudad de Pekín, son la marca distintiva de la arquitectura Qing, que se caracteriza por sus formas macizas y por una estricta simetría. El color desempeña un importante papel en estos edificios de tejados dorados, molduras rojas y escaleras de mármol blanco. También existen algunas variantes, como la residencia veraniega de Yuan Ming Yuan, del siglo XVIII, basada en el estilo del palacio de Versalles en Francia. En el extremo opuesto se encuentra el Altar del Paraíso (iniciado en el año 1420, restaurado en el año 1890), estructura circular de tres pisos, inspirada en las descripciones de los estilos arquitectónicos anteriores a la dinastía Han.

– Arte Chino (Siglo XX); Debido a una serie de problemas de muy diversa índole, en 1911 fue derrocada la dinastía Qing. Con la fundación de la República de China bajo el mandato de Sun Yat-sen se inició un proceso de modernización del país y de adopción de ideas occidentales, que lógicamente afectó también al arte. Muchos pintores salieron a estudiar al extranjero, primero a Japón y por último a Europa, sobre todo a París. Al regresar a China eran portadores de nuevas ideas, como atrevidas gamas de colores y otras características de la pintura europea en cuanto a pincelada, perspectiva y tendencia a la abstracción. Las artes decorativas, sin embargo, fueron menos receptivas a la influencia exterior, por lo que los estilos tradicionales se siguieron cultivando.
El establecimiento de la República Popular de China en 1949 introdujo otro cambio importante en el arte y la cultura del país. Bajo el mandato de Mao Zedong, la pintura y las artes decorativas se vieron impregnadas de contenido político. Los artistas practicaban un lenguaje pictórico próximo a las escuelas posteriores a la dinastía Qing, pero incluían en su obra temas de alabanza a la reconstrucción socialista. Muchas artes populares tradicionales, que no habían sido reconocidas como tales durante los periodos dinásticos, pasaron a ocupar un lugar destacado. El arte del tejido, de la cestería, de la joyería y del grabado en madera se sumaron a la cerámica, la laca y la talla en jade, ante la importancia cobrada por la artesanía tanto para el uso interno como para la exportación. A partir de la muerte de Mao, acaecida en 1976, el arte chino se presenta menos politizado en todos los sentidos, lo que permitirá juzgar mejor su evolución futura dentro del contexto de su tradición histórica.