Flora Iberica: Hierbas vivaces de cepa ± leñosa o sufrútices, a veces tapizantes, glabros o pelosos (pelos simples, ordinariamente rectos). Tallos vegetativos monopódicos, rastreros, rara vez erectos, de crecimiento ilimitado y entrenudos cortos; tallos fértiles anuales, de procumbentes a erectos, ± hojosos (los 1(2) nudos inferiores tienen vainas foliares sin limbo). Hojas de la base en roseta, pecioladas; limbo de semicircular a circular, de lobado a profundamente dividido, con el margen dentado; estípulas relativamente grandes, membranáceas, ± auriculadas, soldadas al pecíolo y también entre sí por la parte opuesta, para formar un tubo (ócrea) con una incisión en lo alto (incisión de la ócrea). Inflorescencias cimosas, laterales, formadas por pequeños monocasios, de bostricoides a pseudoumbeliformes, o más raramente por dicasios; pedicelos floríferos de ordinario bien visibles. Flores apétalas, pequeñas, verdosas o amarillas, rara vez rojizas. Receptáculo urceolado o campaniforme (hipanto), seco, ± contraído o no en el ápice, con un disco nectarífero, anular, intrastaminal. Sépalos (3)4(5); calículo (epicáliz), que raramente falta, con igual número de piezas que el de sépalos, alternisépalas. Pétalos inexistentes. Estambres (3)4(5) –en igual número que el de sépalos–, incurvados, insertos en el borde externo del disco nectarífero, alternisépalos; anteras reniformes; granos de polen mal formados, en general. Carpelo 1(2), incluido en el receptáculo (hipanto), pero no concrescente con él, con 1 rudimento seminal; estilo subbasal, alargado, fusiforme, fino; estigma de lenticular a esférico. Fruto en aquenio, ± incluido en el receptáculo (éste con los sépalos, persistentes, forma la úrnula), que es herbáceo o cartilaginoso.