Cordillera de Mérida
El conjunto de relieves andinos que forma, con la cordillera de Perijá, el sistema de los Andes venezolanos. Su abrupta topografía conforma una barrera entre las tierras bajas de la cuenca de Maracaibo y los Llanos occidentales, abarcando la mayor parte de los estados Mérida, Trujillo y Táchira. Se delimita en su extremo suroccidental en la depresión del Táchira, y en su extremo nororiental en las depresiones de Carora y Barquisimeto.
Son formaciones escarpadas, en una superficie de 32.500 km2, de 450 km de longitud y una anchura media de 80 km, que se elevan abruptamente hasta los picos nevados, alcanzando su máximo en el pico Bolívar (5.007 m). Está subdividida en varias sierras separadas entre sí por profundos valles: en su sección suroccidental domina el páramo de Batallón (3.913 m) y la sierra de Tovar, que culmina en el páramo Nariño (3.517 m); en la sección central se encuentran las espectaculares sierra Nevada de Mérida y sierra de Santo Domingo, con altitudes de más de 4.000 m, separadas por el río Chama de la sierra de la Culata, con máxima altitud en el pico Piedras Blancas (4.729 m). Se advierten extensos páramos, glaciares y lagunas. La sección oriental termina septentrionalmente con la sierra de Barbacoas y la sierra de Portuguesa, destacando los cerros Palomera (2.496 m) y Potrerito (2.473 m).
Fue un sitio de significación prehistórica, con presencia de las etnias timote-cuicas hasta los 3.500 m. En los siglos coloniales se prefirieron las zonas de pisos térmicos templados, entre 1.500 y 2.200 m, donde se desenvolvió una importante agricultura del trigo y vegetales mediterráneos, asociada con ganadería de ovinos y bovinos. Mantuvo su importancia durante el siglo XIX debido a los avances de las plantaciones cafetaleras. En la época contemporánea se han afianzado cultivos comerciales de hortalizas, flores, frutas y tubérculos.