Expresión latina que, en la clasificación ecológica de H. Del Villar, se aplica a la vegetación que vive en medios estacionales creados, o esencialmente modificados, por seres vivos; por ejemplo, los terrenos creados por las hormigas, los montones de materiales acumulados por una querencia de mamíferos, etc. Aunque, etimológicamente, podrían incluirse aquí los casos en que el ser vivo creador o transformador es el hombre, la importancia y carácter especial de la obra de éste se considera aparte, dando lugar a la otra subdivisión de la biophytia, que es la paranthropophytia.
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