el dolor crónico o dolor agudo localizado o difuso en la cavidad abdominal. Es un síntoma significativo, ya que la causa que lo produce puede requerir una actuación quirúrgica o médica inmediata. Sus causas más frecuentes de dolor abdominal grave son inflamación o perforación de una estructura intraabdominal, obstrucción circulatoria, obstrucción intestinal o ureteral y rotura de un órgano intraabdominal. Algunas enfermedades específicas son la apendicitis, la úlcera péptica perforada, la trombosis de la arteria mesentérica superior, la hernia estrangulada y la obstrucción del intestino delgado o del intestino grueso. Algunas de las causas ginecológicas que pueden precisar cirugía son la EIP, la rotura de quiste ovárico y el embarazo ectópico. El dolor abdominal asociado con el embarazo puede estar condicionado por el peso del útero aumentado de tamaño, por rotación, estiramiento o compresión de los ligamentos redondos, o por compresión o desplazamiento del intestino. La contracciones uterinas asociadas al parto pretérmino pueden provocar un dolor abdominal intenso. El dolor abdominal crónico puede ser origen funcional o se puede deber a una ingestión excesiva de alimentos o a aerofagia. Cuando los síntomas son repetidos, se debe plantear una causa orgánica, entre las cuales se incluyen la úlcera péptica, la hernia de hiato, la gastritis, la colecistitis crónica y la colelitiasis, la pancreatitis crónica, el carcinoma del páncreas, la diverticulitis crónica, la obstrucción intestinal parcial intermitente y la indigestión funcional; también algunas enfermedades sistémicas pueden causar dolor abdominal.