La composición florística de la cubierta vegetal varía de un lugar a otro, en consonancia con la diferencia que se da en la condición ecológica, geográfico-histórica, etc., que rige la distribución de las plantas. Esta falta de uniformidad y a la vez relativa regularidad que se observa en la composición del tapiz vegetal permite distinguir en él diversos tipos de vegetación: la comunidad vegetal. Dicho tipo corresponde a conjunto más o menos homogéneo de plantas que conviven en una misma residencia. La expresión comunidad vegetal se puede aplicar a una asociación bien definida por su combinación característica de especies, lo mismo que a un tipo de vegetación débilmente diferenciado o cuyo valor fitosociológico no se puede precisar con exactitud. Los vegetales que conviven en una misma comunidad pueden estar en dependencia inmediata unos de otros (parasitismo, simbiosis, epifitismo, etc.); otras veces su existencia depende de la condición ambiental, a cuyo establecimiento contribuye algunas especies de la misma comunidad (así, la especie nemoral característica del Quercetum ilicis galloprovinciale o de la asociación del Fagion necesitan para su buen desarrollo condición especial que únicamente se dan bajo la cubierta del árbol dominante correspondiente), pero en una gran parte de los casos la relación entre los vegetales de una comunidad se limita a la que deriva de su condición de comensal en competencia más o menos intensa por el espacio, la luz y el alimento. La comunidad bien equilibrada, resultado de una selección milenaria, presenta una estructura generalmente compleja, en virtud de la cual se aprovecha en alto grado la posibilidad de medio; suele existir en ella especie de biología distinta que se complementan es su exigencia (estratificación aérea y subterránea, periodicidad diferente, distinta exigencia en materia nutritiva). La existencia de vacío estructural puede ser indicio de juventud de la comunidad o de perturbación sufrida en su constitución (O. de B.).