La percepción de una persona, que cree que el factor externo o factor interno determina el rendimiento.
La percepción de control externo es la persona que suele creer que el acontecimiento de su vida es producto fuera de su control, como, por ejemplo, la suerte o la decisión de un árbitro: la persona de control externo tiende a temer el fracaso y se orienta por la oportunidad.
La percepción de control interno es la persona que es probable que considere el hecho que le acontece en la vida ligado a su propio comportamiento: la persona de control interno cree que si actúa bien o mal, la consecuencia serán acorde, no piensa que la suerte influya mucho en su actuación, y no cree que su destino esté siempre en manos de otras personas.
En psicología del deporte, que el deportista sea control externo o control interno puede influir en su rendimiento y en el método más adecuado para su motivación: el buen deportista tiende a ser control interno porque han aprendido que su capacidad y esfuerzo le supone premio y éxito.