En sentir de Linné, que supuso que en el capullo de la flor concurrían elementos de una serie de yemas foliares coincidentes, las cuales correspondían a diversos años: las piezas foliares del segundo año, a las brácteas; las del tercero, a los sépalos; las de cuarto, a los pétalos; las del quinto, a los estambres; y al gineceo, a los carpelos, las del sexto. Claro es que si la flor, al desarrollarse el capullo, podía mostrarlas conjuntamente, ello se debía a un fenómeno de notable anticipación, tanto más considerable cuanto más interno era el verticilo; esta teoría solo tiene interés histórico: véase proantesis, proléptico y precoz.
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