Pequeño saco o cavidad; celdilla. En biología, la unidad estructural, fisiológica y genética de los seres vivos que mantiene vida propia: célula (Malpighi; 1686). En anatomía, parte del laberinto membranoso del oído interno de donde sale los tres canales semicirculares, y contiene los receptores del equilibrio corporal dinámico. En botánica, cualquiera de las pequeñas vesículas constituidas por hojas o segmentos foliares en el género Utricularia; homólogas, por tanto, a los ascidios de otras plantas insectívoras, pero mucho menores (las mayores no suelen pasar de 4 a 5 mm), y adaptadas a la deglución en torbellino de diminutos bichitos acuáticos, por tratarse de plantas que viven en parte sumergidas. Los utriculos, de forma redondeada, ligeramente comprimidos, poseen una menuda abertura que se cierra con una válvula móvil, limitada por el llamado labio superior, en lo alto (que el el que se ensancha hacia dentro del utrículo y forma la válvula) y por un labio inferior engrosado en el borde. En torno a dicha abertura existen las anteras, tricomas o apéndices capilares, cuya presencia se relaciona con la abertura del utrículo y la deglución de los bichitos. El estudio de estos utrículos, realizado principalmente por Goebel, y Gluck, ha demostrado la imposibilidad de establecer una división precisa entre hija y vástago en cuento concierne a estas plantas: ver ascidio. También se aplica al fruto monocárpico, seco y dehiscente, que se abre de manera irregular, como en los géneros Epimedium, Leontice, etc. Dícese también del fruto de las cárices (Carex), sincarpo seco, monospermo e indehiscente encerrado en una vesícula constituida por dos profilos concrescentes. También del pixidio unilocular (Amarantus).